En el día a día de la sociedad, la resiliencia está definida como la capacidad que tiene una persona de sobreponerse a situaciones adversas y críticas como la pérdida de un familiar, un accidente o una enfermedad terminal.

Este rasgo que continuamente se reconoce en las personas, también tiene su representación en el ámbito empresarial cuando una organización afronta una crisis y logra salir adelante adaptándose positivamente a los cambios.

El ejemplo más claro es una crisis financiera, puesto que se provoca una inestabilidad que conlleva a despidos masivos, baja productividad, retraso en los salarios y pérdidas de clientes.

En el contexto colombiano se puede observar la historia de Jaime Esparza Rhénals como un ‘paradigma resiliente’ digno de admirar para cualquier emprendedor.

El empresario tuvo que soportar 3 quiebras desde que inició su travesía en el mundo empresarial. Con el estrés de las deudas, el despido de personal y la inestabilidad financiera, Jaime Esparza aprendió de sus errores, se fortaleció como ser humano y reinventó su organización.

Gracias a una buena administración, una mejor asesoría financiera, inversiones acertadas y los principios que le inculcaron en el hogar, el empresario logró salir exitosamente de la crisis.

El resultado está evidente a la vista: consolidación de la red de multiservicios más grande del país.

Para poder superar un panorama de tensión como el anteriormente expuesto, las empresas tienen que idear un plan a corto plazo basado en la competencia, la renovación y la agilidad.

En principio se debe competir consigo mismo, es decir, dar respuesta al interrogante ¿De qué somos capaces? Si bien se pueden buscar ejemplos de empresas con problemas similares, lo realmente importante es mirar las falencias propias de la organización y buscar cuanto antes una solución.

En segunda medida se debe buscar un nuevo aire de negocio para poder salir del momento de estrés financiero. En este ámbito se debe conjugar la innovación, entendida como la acción de introducir novedades en el negocio, junto al fomento y creación de nuevas ideas que puedan ser útiles para mejorar la productividad en su conjunto.

Finalmente, se debe trabajar con agilidad para evitar que las pérdidas tanto económicas como de talento humano se incrementen. En este punto, todos los trabajadores deben ser proactivos para buscar una salida rápida de los problemas.

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