Después de haber comenzado la implementación de un nuevo negocio, es fundamental definir puntualmente la misión, los valores, los rasgos generales y el sentido de la nueva empresa.
Estos elementos en su conjunto conforman lo que comúnmente se conoce como “cultura empresarial”, que en un sentido más amplio son el modo de sentir, actuar y pensar que lo diferencia de la competencia, y que les permite identificarse ante los clientes en el mercado.
En primer lugar, se deben identificar los objetivos que tienen todos los miembros de la organización, es decir, dar respuesta a las preguntas ¿Qué queremos hacer? ¿Cuáles son nuestros deseos como compañía?
Conjuntamente, los rasgos generales se sintetizan en las funciones que desempeñan cada uno de los miembros del personal y la forma en que se pueden explotar al máximo sus fortalezas.
El sentido está referido al entendimiento del porqué se creó la empresa, es decir, cuáles fueron las motivaciones que influyeron para que una idea pudiera volverse tangible en la realidad. Dentro de este aspecto se incluyen las respuestas a preguntas como ¿Qué necesidades se deben cubrir? y ¿Qué problemas se deben solucionar?
Finalmente están los valores que exterioriza la forma en que se debe actuar ante los problemas, la capacidad de relacionarse con los demás miembros del grupo y con los clientes, y la conducta que se debe tener ante la competencia.
La empresa de Jaime Esparza Rhénals permite dilucidar una cultura integrada por el apoyo a mujeres cabezas de hogar, el servicio a los individuos de los estratos más vulnerables, la inclusión de todos los habitantes de Colombia sin importar su lugar de residencia y el ejemplo para los emprendedores.
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